martes, 30 de agosto de 2011

Surrealismo musical

Foco
Ojalá fuera loco
Para entenderlo todo.
Ojalá fuera loco,
Para que ya nada importase.
Reventarme el coco
En cosas maravillosas
Aún sin perder el foco.

No loco de amor,
No loco de lo material,
Sino del explendor
Que una pintura llega a dar.

Loco por pensar,
Loco por dar;
Deseoso de saber
Qué es lo que importa entender.

Qué obvio este poema,
Fácil de entender,
Fácil de hacer,
Para desahogarme del problema,
Para nada tener que hacer


ZebaRobert

martes, 23 de agosto de 2011

Experiencia

No me puedo quitar de la cabeza en estos momentos la escena que viví hace unos años, con mi padre de protagonista.
No recuerdo bien la fecha exacta en que la ira se apoderó de mí, pero poco viene al caso eso, asi que por la irrelevancia del dato, se omitirá en en el siguiente relato.
Un apartamento pequeño cumplía el rol de hogar en ese tiempo para las personas que más quiero, que junto a mí habitaban.
La verdad, no tengo idea de dónde se pudo haber encontrado mi hermano en ese momento, el asunto es que no hacía presencia en el nido que he llamado hogar.
Para que se hagan una idea, soy de esas personas que se pueden comparar con las flores, que marchitan por varias razones, ya sea por falta de hidrataciones, o por la falta de una abeja sin temores.
El cielo había dejado el racismo de lado, y el individualismo en casa había gobernado. Horas antes tuve que, a mi parte biodegradable dar, químicos para evitar un malestar; pero en esa ocasión, no se pudo seguir la tradición.
Asi como las flores marchitan, a mí la piel se me irrita, huevos con forma de roncha en mi se apoderaban, pero eran superpoderosas, ya que podían crecer y hacer que me rasque cada vez que sientiera mi ser.
Irónico suena que el mundo entero gira al rededor de lo que en común los une, pero que a la vez los separa, pero no está ahí lo retórico, más bien que hay personas las cuales no pueden unirse a la ola del dinero.
Por la incomodidad que en ese momento existía, a mi madre requería, la cual al verme superpoderoso, tuve que atajar sus ojos. Llamó a mi padre, que vivía en otro lugar, para preguntarle si al hospital me podía llevar, pero como el está surfeando en una tabla que tiene fecha de vencimiento, una respuesta nada satisfactoria a mi madre llenó el pensamiento. Obligado me vi en ese momento, a tomar el teléfono para remediar ésto aunque sea lento.
-No puedo hijo... Pero si no es tan grave.
-Qué?! Con una alergia así me puedo morir.
-Pero tómate un remedio.
-Eso fue lo que me hizo mal! Llévame al hospital ¡Por Favor!
Y he aquí la respuesta que dice con más frecuencia, respuesta que lo incorpora a al surf:
-No tengo plata.
-Claro! Pero si tienes para ir a ver a La Roja o para las cenas semanales de Rotary, pero para la salud de tu hijo no. Valla a pedirte mi hermano algo! Tss ni dos minutos te demorai.
-mmmm... Pero anda al hospital y nos encontramos allá.
-Y en qué esperas que me valla? Sabí que no tengo auto.
-pero no te puedo ir a buscar.
-Insisto! Pero no te fuiste a pata al estadio, en Santiago; no te vai a pata a Rotary, te vai en la tremenda camioneta.
-Ya te voy a buscar.
-Ahora se te ocurrió?!!! No! Olvídate, de ahí cuando me esté muriendo te acordai, porque el que va a pagar soy tú. Olvídate también de mí, ahora tu hijo mayor va a ser Vicente, porque ya no tengo papá.
Probablemente un constante "ti" sonó por el otro lado de la llamada.
A mi abuela (por parte materna) llamé en el mismo instante, la cual muy agradable, llegó con mirada preocupante. Al hospital llegamos, y una camioneta gigante ignoramos... En el camino a mi abuela le contaba, lo sucedido y que me desesperaba.
-Puede pasar sólo 1 adulto.
La respuesta es obvia, y lo demás, ya es historia.